Faja estética: lo que hay detrás de su uso

Faja estética :Lo que hay detrás de su uso

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Las fajas estéticas, modeladores o entrenadores de cintura son uno de los principales recursos a lo que recurrimos las mujeres para poder vernos más estilizadas, pero hay un precio que debemos pagar frente al uso prolongado. Los cánones de belleza, la obsesión por conseguir una cintura pequeña y abdomen plano fue popularizado desde épocas antiguas. En algunas civilizaciones antiguas se comenzaron a utilizar en el 2000 AC y luego se expandieron por el mundo en el siglo XVI, cuando las mujeres de alcurnia ocupaban un corsé duro, incómodo y pesado. Con el tiempo, las fajas fueron siendo perfeccionadas en su diseño y materiales, llegando a funcionar actualmente como una segunda piel que pasa desapercibida bajo la ropa, pero incómoda igualmente.

En lo personal, si he usado fajas estéticas en más de alguna ocasión. Era una opción para algún evento en particular e intenté su uso cotidiano cuando estaba con obesidad para tratar de disimular esos kilos extras, pero era muy complicado su uso prolongado, ya que tiene efectos nocivos en la salud.

Sin duda, al ver nuestro cuerpo fajado en el espejo apreciamos de manera instantánea el resultado deseado, una cintura más pequeña y el busto levantado, lo que provoca un efecto positivo en tu cerebro y hace que puedas soportar la incomodidad durante un tiempo. El resultado es rápido y placentero, es lo que has estado buscando tanto tiempo donde el costo principal es la compra de la faja, pero no se producen cambios reales y significativos en tu cuerpo, ya que el resto de tus hábitos siguen igual. Entonces, debes tener claro que las promesas de solución inmediata no son reales, ni efectivas e incluso puedes acarrear consecuencias.

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¿Por qué NO usar una faja estética?

Tienes 4 razones muy poderosas para no usar una faja estética:

1.- Los músculos son parte del soporte activo de tu postura, mantiene la dinámica postural y estabiliza patrones respiratorios. Cuando usas una faja estética permanente, se pierde el tono y el volumen muscular, es decir, debilita tu cuerpo provocando dolor de espalda (lumbar, dorsal, cervical) y cambia tu patrón respiratorio.

2.- La compresión de tus órganos internos con la faja, provoca alteraciones como reflujo, acidez y hasta dolor pélvico crónico. Puedes llegar a sufrir algún trastorno digestivo como estreñimiento, porque pierdes la movilidad de tus órganos internos, cambia la posición de estos y la presión que ejercen sobre ellos.

3.- Aumenta la flacidez de la piel, apariencia de celulitis y depósitos de grasa. Tu sistema linfático se altera, el agua no se mueve, se deposita e inflama las células de grasa que están entre la piel y el músculo. Debes tener claro que, si no se elimina el agua por la compresión, tampoco se eliminan desechos del metabolismo.

4.- El abdomen no solo alberga órganos, la cavidad abdominal es un sistema de bomba que a través de las presiones ayuda al retorno de la sangre desde tus piernas. Por lo tanto, si este proceso no se realiza, tus piernas se podrían hinchar, deformar, aumentar la celulitis, causar dolor y fatiga, generando una gran probabilidad de generar algún coagulo de sangre.

 

¿Cuándo usar faja?

Su uso debe estar indicados por especialistas médicos para seguir un tratamiento, por ejemplo, post operatorio, en algunos casos post parto, durante el embarazo o alguna operación estética. Recalcando que para cada caso se usa una faja en particular, con ciertas características y con un objetivo médico, con un uso no mayor a los 2 a 3 meses.

 

¿Cuál seria el mejor mecanismo para reducir talla o perímetro de cintura?

Aunque no lo creas, tú ya lo sabes y en este momento tu cerebro ya te lo reveló: Alimentación y ejercicio.

Estas 2 estrategias claves son conocidas por todos, pero nos cuesta mucho implementarlas. Todo el mundo sabe que debe comer saludable y hacer ejercicio, pero tenemos asociado dolor, cansancio, restricción a estas actividades, por lo que nuestro cerebro nos sabotea y no nos deja ejecutar. Por ejemplo, el cerebro prioriza el placer del descanso y se aleja del dolor del cansancio.  ¡Esto se puede cambiar entrenando también a tu cerebro!

La alimentación es importante no solo por temas estéticos de reducción de perímetros, sino que, por temas de salud. Comer saludablemente nos lleva a evitar el sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, etc. Además, incorporar alimentos naturales, no procesados, te ayudarán a tener un mejor metabolismo, más energía y vitalidad.

En tanto, el ejercicio sirve para cambiar tu composición corporal, activar fisiológicamente tu músculo, ser más fuerte y generar un cuerpo estéticamente lindo, porque estiliza y forma tus curvas. También mejora tu estado de ánimo y tu salud en general.  No le temas a entrenar con ejercicios de fuerza (leer mi otro artículo), ya que estos formarán tu cuerpo y tendrás los resultados estéticos que buscas en una faja.

Entiendo que no es tan sencillo seguir estas 2 estrategias claves. Se requiere disciplina, compromiso, congruencia, claridad y mentalidad para conseguir tus objetivos, por lo que establece metas ambiciosas e inspiradoras, que logren mover tu interior para que no te postergues ni te paralice el miedo, sino que acciones.

Acciona de manera inteligente buscando la asesoría adecuada para tus objetivos. Te recomiendo complementar tu entrenamiento de fuerza con hipopresivos, de los cuales ya te he contado en algunas ocasiones (te dejaré el enlace para que leas más sobre ellos). Estos te ayudarán a trabajar tu zona abdominal con una disminución de presión, ayudando desde lo estético hasta temas de salud. Solo necesitas entrenar 2 veces a la semana 20 minutos para obtener los beneficios de la práctica.

No dejes que las excusas sean una barrera para lograr tus sueños, ya sean estéticos o de salud. Crea tu estrategia, elabora tu plan de trabajo, implementa esos hábitos poco a poco y practica, practica y practica. Debes hacer todo esto una y otra vez, hasta que tu cerebro asocie placer a ello. De esta forma, llegarás al cumplimiento de tus objetivos.
El avance no será lineal o sin inconvenientes, pero cuando ya empieces a ver resultados sentirás tanta satisfacción y aumento de tu autoestima que no querrás parar.
¡Anímate!